Viaje escolar

Las maletas estaban hechas y el autobús no podía llegar con más rapidez. Y nos fuimos de Stollberg a Schneeberg. Al igual que el año pasado, los niños, junto con sus profesores y cuidadores, se instalaron en las casas y comenzaron las primeras actividades. Construir cabañas en el bosque, jugar en la playa, aprender métodos de relajación y tocar el tambor con pelotas de gimnasia fue todo un "somos un equipo". Y fieles al lema, nos reímos, nos relajamos, ayudamos y compartimos momentos maravillosos juntos. Al final del viaje escolar, los Kiez organizaron una discoteca, para la que las tres clases ensayaron bailes internos y los interpretaron a modo de concurso. La valentía de los niños fue recompensada con grandes aplausos y todos se sintieron orgullosos de su actuación.

Al final del día, todos volvieron a casa satisfechos y sin duda recordarán el Kiez Schneeberg con sus muchos momentos maravillosos en el futuro.